De buenas voluntades vive el político, no el vecino
La Plataforma Prosoterramiento cuenta con 30 años de actividad, 30 años negociando, estudiando, planteando propuestas para conseguir el soterramiento de las vías del tren que dividen la ciudad y separan a sus vecinos, situación que recientemente se ha visto agravada con la inminencia del levantamiento de un muro que segregará los barrios del sur durante varios años: “provisionalmente”, según las previsiones de Adif y de los políticos que gestionan estos menesteres (esperemos que la provisionalidad no sea la misma con la que se construyó la Estación del Carmen, que ya es centenaria).
La clase política ha reconocido esta actividad infatigable de la Plataforma, y algunos incluso admiten (así lo hace ADIF) que el comienzo del soterramiento es un logro de la acción de la Plataforma, así como de los vecinos, y lo han anunciado a bombo y platillo, dando a los vecinos la sensación de victoria tras haber logrado que el día 15 de noviembre de 2017 comiencen las esperadas obras del soterramiento.
La difusión de esta información ha corrido a cargo de la prensa, tanto la escrita como la audiovisual. Pronto las redes sociales se han hecho eco del triunfo de los vecinos, y a media mañana ya se oían los primeros “¡Enhorabuena! ¡Lo habéis conseguido!”, en plazas y mercados. Pero los vecinos no parecen muy contentos con las actuaciones que se están realizando en las vías por parte de las constructoras.
Las buenas voluntades se ven de lejos, los engaños se intuyen, las mentiras son juez y verdugo, y los vecinos, siempre, los perjudicados.
¡Buena voluntad! Empiezan el soterramiento. Sin embargo, las máquinas no han empezado a hacerlo donde estaba planificado en un principio, ni siquiera en la zona que podría ser la más apropiada. Lo importante para los políticos es que van a empezar el soterramiento: “¡El soterramiento ha empezado!”, pregonan por los micrófonos de la prensa y de las redes. Los titulares se iluminan. No obstante, algunos han corregido tales afirmaciones: lo que ha empezado ha sido la excavación de los muros pantalla.
Tras tantos halagos a la Plataforma y a los vecinos hay un ambiente extraño. Algo se está haciendo muy mal por parte de alguien.
El anuncio del inicio del soterramiento se difunde, junto con el enaltecimiento a través de los medios de comunicación de que las protestas vecinales han surtido efecto. Paradójicamente, el día del inicio de obras ni un solo vecino pudo estar presente. Lo lógico, lo que parece adecuado en este caso, hubiera sido invitar a los vecinos de la zona, que tantos años llevan soportando ruidos chirriantes de madrugada y olores de gasoil todo el día, o a los miembros de la Plataforma que tanto tiempo y esfuerzo se dejan en el intento de que las autoridades realicen una obra que, a todas luces, es de interés general. Sin embargo, contra el sentido común, las acreditaciones se han perdido entre dudosas federaciones vecinales sin asociaciones vecinales reales detrás, entre federaciones deportivas que no han consultado a sus asambleístas, entre colegios profesionales que no han realizado ningún tipo de valoración -salvo leer el guion- y, quizás, entre alguno de los representantes de las empresas que han desviado más de sesenta millones de euros y que están siendo investigadas por la justicia.
¿Cuánto costaba la inviabilidad, oficialmente repetida, de otras opciones propuestas por la Plataforma? Al parecer el coste de la opción de Beniel resulta irrisorio en comparación con los millones de euros que se han perdido por el camino de la construcción de las vías del AVE y que, según las noticias que publican los medios de comunicación, van a parar a cuentas en paraísos fiscales, a las propias casas de los responsables y a cajas fuertes (parece ser que de todo se cansa uno: el exjefe de Adif declaró que se cansó de llevar dinero a Suiza http://www.laverdad.es/murcia/201607/28/exjefe-adif-canso-llevar-20160728013954-v.html o http://www.lavanguardia.com/vida/20160727/403508709288/imputado-en-fraude-de-ave-dejo-en-casa-dinero-tras-cansarse-de-llevar-a-suiza.html), en un comportamiento delictivo que no es exclusivo de los gestores y constructores que se encargan de las obras en estas latitudes (http://www.elmundo.es/cataluna/2016/06/28/577173f5e5fdea4c4e8b45db.html)
Finalmente, ayer pusieron la primera piedra; perdón, quitaron la primera piedra. Poner piedras es lo que se hace en ciertas mochilas, que también están cargadas de responsabilidad y de compromiso para trabajar por el bien común y por el interés general, es decir, por el beneficio del conjunto de la sociedad y no de unos pocos que la dirigen; se ponen piedras, decíamos, en ciertas mochilas para recordar a sus portadores que más de cincuenta mil murcianos gritaron hace pocos días, en la manifestación más multitudinaria jamás habida en la historia de la Región de Murcia, una consigna muy clara a los políticos que con sus decisiones determinan el futuro de nuestra ciudad y de nuestra región: ¡MUROS NO! ¡NO AL AVE EN SUPERFICIE!